21 de septiembre Día Mundial del Alzheimer – Clínica Modelo Lanus
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Fechaseptiembre 20, 2021

21 de septiembre Día Mundial del Alzheimer

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Compartimos información acerca de esta enfermedad: diagnóstico, tratamiento y el rol del cuidador.

El Alzheimer es la quinta causa principal de muerte en Argentina y afecta a más de 300.000 personas. En todo el mundo, cada 3 segundos se diagnostica Alzheimer y al menos 44 millones de personas viven con demencia, lo que convierte a la enfermedad en una crisis de salud global. Desde 1994 , la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Federación Internacional de Alzheimer establecieron el 21 de septiembre como Día Mundial del Alzheimer, buscando difundir y concientizar sobre esta enfermedad.

El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa, que afecta principalmente a personas mayores de 65 años. A nivel del cerebro se genera una acumulación anormal de proteínas que va causando la muerte de neuronas.  El cerebro está compuesto por millones de neuronas que se comunican entre sí formando redes de conexión. Absorbe información, la mantiene en la memoria a corto plazo y luego convierte la memoria a corto plazo en memoria a largo plazo. Este complejo proceso depende de la capacidad de las neuronas para comunicarse entre sí y se ve alterado por el inicio y la progresión de la enfermedad de Alzheimer.

La enfermedad sigue un curso que suele dividirse en 3 fases:

Fase Inicial: Tiene una sintomatología leve. La persona afectada mantiene su autonomía y sólo requiere ayuda cuando se trata de tareas complejas. Se observan fallos en la memoria a corto plazo y algunos cambios en la personalidad como la apatía, el desgano, la descortesía. En esta fase, por lo general, las personas afectadas se dan cuenta del deterioro de algunas de sus facultades. Esto aumenta la posibilidad de que existan trastornos afectivos, mayormente depresión y pensamientos hostiles.

Fase Intermedia (moderada): Se produce un deterioro en la memoria, en la capacidad de juicio y el pensamiento abstracto. Las personas afectadas suelen dar respuestas ilógicas o muy estereotipadas cuando se les pregunta algo. Durante este estadio, se agravan los síntomas en la personalidad, ya que además de poder tener depresión, pueden sufrir síntomas psicóticos, por ejemplo alucinaciones y delirio. Es marcada la desorientación espacio-temporal. La persona afectada depende de un cuidador para realizar las tareas cotidianas.

Fase Terminal: En este estado avanzado de la enfermedad, el enfermo es completamente dependiente. En oportunidades no es suficiente la asistencia de los familiares y se requiere la atención de un centro especializado.

Síntomas

La enfermedad inicia de manera focalizada o relativamente focalizada, con afectación de algunas funciones, siendo la principal la memoria.

  • Fallas de memoria, de atención, de lenguaje.
  • Fallas de funciones ejecutivas, de funciones visuales y otras.
  • Es frecuente que los pacientes tengan trastorno de ansiedad, depresión, apatía, irritabilidad, agresividad, labilidad emocional, delirios, agitación, y otros.
¿Cómo se previene?

Se cree que el origen de la enfermedad del Alzheimer se debe a una combinación de factores de riesgo. Las siguientes recomendaciones de prevención están basadas en los factores de riesgo modificables:

  • Reducir el consumo de grasas saturadas.
  • Hacer de las verduras, frutas, legumbres la base de la pirámide alimenticia.
  • Consumir alimentos con vitamina E.
  • Consumir alimentos con vitamina B12.
  • Evitar los multivitamínicos con hierro y cobre (a menos que lo indique un médico) por alguna patología específica.
  • Evitar cocinar en ollas y sartenes de aluminio.
  • Mantenerse activo físicamente.

El rol de los cuidadores

Cuidar a una persona con Alzhéimer es una tarea difícil, ya que requiere de mucha atención y dedicación. El diagnóstico oportuno y la intervención temprana pueden ayudar a las personas con demencia y a sus familias a manejar la enfermedad durante los 7 a 12 años que pueden estar viviendo con ella. Estos consejos les ayudará a los cuidadores a evitar crisis y a promover el bienestar de los afectados.

  • Cuando acudan a la consulta con el médico, es importante realizar todas las preguntas necesarias, especialmente sobre la progresión de la enfermedad y las opciones de tratamiento que mejor alivian los síntomas. Cuanta más información se tenga, mejor preparado se estará para ayudar al paciente.
  • Ponerse en contacto con asociaciones de pacientes, centros de día y grupos de apoyo es muy recomendable tanto para la persona afectada como para el cuidador y es una excelente forma de conocer en profundidad la enfermedad y lo que está sucediendo.
  • Ser flexible y adaptarse a la rutina: aprovechar los momentos del día en que la persona está menos confundida y con más disposición a cooperar para realizar las tareas más difíciles.
  • Al hablar con la persona con Alzheimer, es importante llamarla por su nombre para asegurar que se logra su atención, hablarle con un tono pausado y amable, dándole tiempo para encontrar las palabras correctas y expresarse.
  • Facilitarle las tareas diarias: como el vestirse (preparando la ropa de antemano y teniendo el armario bien organizado) o el baño (dejándolo todo preparado), para evitar que el paciente tenga que sortear dificultades.
  • A la hora de comer mantener una rutina familiar, creando un ambiente tranquilo. Ofrecerle platos variados y de su gusto. Escoger utensilios que promuevan su independencia, como los platos hondos o una pajita para beber.
  • Planificar actividades simples y de su agrado, no forzarlo a hacer cosas que no le gusten y elogiar los avances que haga en el transcurso de la actividad. Salir a pasear, hacer ejercicio, trabajar en el jardín o bailar pueden ser buenas opciones.
  • Incontinencia: se puede convertir en un problema en la fase avanzada cuando la persona ya no controla sus funciones excretoras. Es importante llevarlo al baño para reducir el problema y ser comprensivo cuando ocurran accidentes.
  • La hora de dormir: si la persona con Alzhéimer se siente desorientada, será difícil que concilie el sueño y se encontrará en un estado de agitación. Evitar que duerma durante el día y procurar mantener siempre la misma hora para ir a dormir. Crear un ambiente tranquilo antes de acostarse le relajará y le ayudará a conciliar el sueño.
  • Alucinaciones y delirios: en caso de que se presenten estos episodios se debe informar la situación con el médico para que oriente sobre cómo actuar en cada caso concreto. No obstante, es recomendable responder a los sentimientos de la persona y tranquilizarla si siente miedo o incluso distraerla, cambiar de cuarto o salir a dar un paseo para que se calme.
  • Evitar que el paciente deambule: controlar dónde se encuentra en todo momento, para evitar que se desoriente y salga de casa o se aleje de ella. Cerrar la puerta con llave y colocar una pulsera o algún tipo de localizador de la familia en caso de que se pierda.
  • Evitar los peligros de intoxicación o autolesión: mantener fuera de su alcance tanto medicamentos como productos de limpieza o elementos cortantes, a modo de prevención.
  • Evita las situaciones que no conoce: evita las multitudes, los cambios en la rutina y los lugares extraños que puedan causarle confusión o agitación.