Entendiendo el cáncer
Cada 4 de febrero se celebra el Día Mundial contra el Cáncer, con el fin de informar y de concientizar acerca de esta enfermedad.
Cuando hablamos de cáncer nos referimos a un amplio grupo de enfermedades que comienzan en las células. El cáncer puede empezar casi en cualquier lugar del cuerpo, debido a que nuestro organismo está formado de muchos tipos de células. Normalmente, las células crecen y se dividen para producir nuevas que son indispensables para mantenernos sanos. Algunas veces este proceso se descontrola: nuevas células se siguen formando cuando el cuerpo no las necesita y otras viejas no mueren cuando deberían hacerlo, formando una masa de tejido llamado tumor.
Los tumores pueden ser benignos o malignos. Los benignos no son cancerosos ya que las células de este tipo de tumores no se diseminan a otras partes del cuerpo, generalmente se pueden extirpar y en la mayoría de los casos no reaparecen. Los tumores malignos son cancerosos, dado que sus células tienen anomalías, se dividen sin control, pueden invadir y destruir el tejido a su alrededor, entrar al torrente sanguíneo o al sistema linfático y diseminarse a otros órganos.
Más de un tercio de todos los cánceres puede evitarse reduciendo la exposición a factores de riesgo como el tabaco, la obesidad, la inactividad física, las infecciones, el alcohol, la contaminación ambiental, los carcinógenos asociados con el trabajo y la radiación.
Signos y síntomas
Como existen tantos tipos de cáncer distintos, los síntomas varían y dependen de la localización de la enfermedad. Sin embargo, hay algunos signos y síntomas clave, por ejemplo:
– Bultos o hinchazón anormales: los bultos cancerosos no suelen doler y es posible que aumenten de tamaño a medida que el cáncer avanza.
– Tos, falta de aire o problemas para tragar: episodios de tos persistentes, falta de aire o problemas para tragar.
– Cambios en el hábito intestinal: como estreñimiento y diarrea, presencia de sangre en las heces.
– Sangrado imprevisto: hemorragia vaginal o anal, o sangre en las heces y en la orina o al toser.
– Pérdida de peso sin motivo aparente: pérdida no intencionada y sin razón de una gran cantidad de peso en un periodo corto de tiempo (un par de meses).
– Fatiga: se muestra en forma de cansancio extremo y una acusada falta de energía. Si la fatiga se debe al cáncer, quienes la padecen también suelen presentar otros síntomas.
– Dolor: dolor sin causa aparente o continuo en alguna parte del cuerpo, o dolor que va y viene.
– Aparición o modificación de un lunar: se debe prestar atención a los cambios de tamaño, forma o color y ver si al lunar le sale una costra, sangra o supura.
– Complicaciones al orinar: necesidad de orinar con urgencia o con más frecuencia, o no poder hacerlo cuando se necesita o sentir dolor al orinar.
– Cambios anómalos en las mamas: debe prestarse atención a los cambios de tamaño, forma o tacto, a los cambios de la piel y al dolor.
– Pérdida del apetito: sentir menos hambre de lo normal durante un periodo largo de tiempo.
– Una llaga o una úlcera que no cicatrizan: como una mancha, una herida ulcerada o una úlcera bucal.
– Ardor de estómago o indigestión: ardor de estómago o indigestión persistentes o dolorosos.
– Sudores nocturnos intensos: hay que prestar atención a los sudores nocturnos muy intensos, que empapan la cama y la ropa.
Prevención y tratamiento
El cáncer puede PREVENIRSE, TRATARSE y CURARSE. Varios tipos de cáncer pueden prevenirse. Otros pueden ser detectados de manera temprana lo que favorece el tratamiento y la curación.
Algunas pautas de vida saludable favorecen la reducción del riesgo de enfermar: una alimentación rica en frutas, verduras y legumbres, baja en grasas y carnes rojas; la actividad física regular; mantener el peso corporal en índices normales, evitar el tabaco y disminuir la ingesta de alcohol.
El tratamiento depende del tipo de cáncer, de su ubicación, del tamaño, de si se ha extendido o no y del estado de salud general del paciente. Los tratamientos generales son la cirugía, la quimioterapia, la radioterapia, aunque existen otros como la hormonoterapia, la inmunoterapia y la terapia génica.
– Cirugía: Si un cáncer no ha formado metástasis (no se ha diseminado), la intervención quirúrgica puede quitar el cáncer entero, lo que puede curar la enfermedad por completo. Suele resultar eficaz cuando se extirpan la próstata, una mama o un testículo.
– Radioterapia: En el tratamiento con radiación o radioterapia se usan rayos de alta energía para reducir un tumor o destruir células cancerosas, como tratamiento autónomo y, en algunas ocasiones, en combinación con otros tratamientos oncológicos.
– Quimioterapia: En la quimioterapia se utilizan sustancias químicas para intervenir en la forma de dividirse de las células —dañando el ADN—, de manera que las células cancerosas se destruyan a sí mismas. Este tipo de tratamientos se dirigen a cualquier célula que se divida con rapidez (no necesariamente solo a las células cancerosas), pero las células sanas suelen recuperarse de los daños causados por sustancias químicas, mientras que las cancerosas no pueden hacerlo. La quimioterapia suele usarse para tratar los cánceres que se han diseminado o han formado metástasis, porque los medicamentos viajan por todo el organismo. Es un tratamiento necesario para algunas formas de leucemia y linfoma.
Detección temprana
Un diagnóstico de cáncer no debe ser sinónimo de dolor y muerte ya que más de la mitad de las personas afectadas por estas problemáticas se curan y, en otros casos, las personas pueden tener una buena calidad de vida aún con la enfermedad.
Algunos tipos de cáncer en sus etapas iniciales pueden no causar síntomas y si se detectan tempranamente tienen alta posibilidad de curación.
Existen muchos exámenes que ayudan a detectar cánceres específicos en forma temprana y pueden ser efectivos en la reducción del riesgo de muerte por la enfermedad. Por este motivo se aconsejan estudios preventivos:
– A las mujeres, a partir de los 25 años, el PAP anual y a partir de los 40 años, la mamografía. El PAP, el test de VPH y la vacuna contra el VPH permiten prevenir el cáncer de cuello de útero.
– A los hombres, a partir de los 40 años, un análisis de sangre para medir el Antígeno Prostático Específico (PSA) y en un examen digital a través del recto.
– A hombres y mujeres se les recomienda realizar anualmente un estudio radiológico para detectar alguna anormalidad pulmonar. Todas las personas de 50 a 75 años aunque no tengan síntomas deben efectuar chequeos regulares para detectar y extirpar los adenomas o detectar y tratar el cáncer colorrectal en una etapa temprana.
Consulte a su médico para que le oriente en relación con las recomendaciones adecuadas para su caso.
El cáncer en cifras
- Cada año, 10 millones de personas mueren de cáncer.
- Al menos un tercio de los cánceres comunes se puede evitar.
- El cáncer es la segunda causa de muerte en el mundo.
- El 70% de las muertes por cáncer ocurre en países de rentas medias y bajas.
- Se podrían salvar millones de vidas al año con estrategias de prevención, detección temprana y tratamiento adecuadas a los recursos.
- Se calcula que el coste económico anual total del cáncer es de alrededor de 1,16 billones de USD.
Fuente: https://www.worldcancerday.org/