¿Sabías que en cualquier momento de la vida podrías tener episodios de olvido? La pérdida de la memoria puede deberse a múltiples factores. La genética es quien tiene el papel más importante, especialmente en casos graves y condiciones neurológicas que afectan nuestro cerebro, como el mal de Alzheimer, pero también existen otras causas que pueden provocarla.
La edad, el tipo de alimentación y el estilo de vida pueden influir en nuestra capacidad para recordar. De manera similar a nuestros músculos, el cerebro necesita un uso regular para mantenerse saludable. La buena noticia es que posible tomar algunas medidas para cuidar la salud del cerebro y evitar el deterioro cognitivo.
¿Qué es la memoria?
La memoria es la capacidad mental que posibilita a un sujeto registrar, conservar y evocar las experiencias (ideas, imágenes, acontecimientos, sentimientos, etc. ) del pasado y, al mismo tiempo, relacionarlo con la información nueva que recibe.
Existen 4 tipos de memoria:
1. Memoria inmediata o sensorial: permite recordar información específica sobre cualquier cosa durante un período breve, 200 a 300 mseg.
2. Memoria a corto plazo: es el lugar donde se pueden guardar temporalmente pequeñas cantidades de información.
3. Memoria a largo plazo: Es donde almacenamos la gran mayoría de los recuerdos. Abarca todo lo que sabemos.
4. Memoria remota: involucra el recuerdo de todo lo que ha pasado durante la vida.
¿Por qué disminuye la memoria?
A todos nos pasa en determinadas ocasiones que se nos olvidan cosas como el nombre de una persona o el lugar donde hemos dejado el teléfono, las llaves o aquello que estamos buscando. Muchas veces los consideramos como meros despistes, pero si la frecuencia de estos hechos aumenta puede ser síntoma de un deterioro cognitivo.
Una de la razones de que perdamos la capacidad de recordar hechos es porque la capacidad de transmitir mensajes a las neuronas disminuye con la edad. Las causas principales son:
• Falta de uso de datos con el tiempo, que hace que los trayectos neuronales se debiliten.
• Ciertas influencias externas que entorpecen la búsqueda de datos (ruido de fondo, charlas o movimientos en el ambiente).
• Fallas en el organismo producto de la edad que entorpecen la incorporación de nueva información, por ejemplo disminución de la vista o de la audición.
• La falta de sueño o descanso. Esto disminuye la motivación de aprender o recordar.
¿Cómo ejercitar la memoria?
Con una serie de ejercicios cotidianos y cambios de hábito podemos evitar la pérdida de la memoria. Tomá nota:
- Las actividades que estimulan la mente ayudan a mantener el cerebro en forma y pueden mantener a raya la pérdida de memoria. Realizá crucigramas, Sudoku o juegos como el ajedrez.
- Tomá rutas alternas cuando manejes a un mismo destino.
- Aprendé a tocar un instrumento musical o un nuevo idioma.
- Leé mucho.
- Observá fotografías e intentá recordar la mayor cantidad de sucesos relacionados a ellas.
- El ejercicio físico tiene un impacto directo en la salud del cerebro y aumenta el ritmo cardíaco. Se recomienda caminar a paso ligero, correr, realizar natación o bailar.
- El sueño es vital para la salud general del cuerpo y también del cerebro. Interrumpir el ciclo de sueño natural puede conducir a deterioros cognitivos. Lo recomendable es dormir entre 7 a 9 horas diarias. Debemos evitar las pantallas brillantes antes de acostarnos, porque pueden afectar la calidad del sueño.
- Reducir la ingesta de calorías también puede ayudar a proteger el cerebro. Debemos aumentar la ingesta de frutas, verduras y cereales integrales y elegir fuentes de proteínas bajas en grasa como pescado, porotos y aves sin piel.
- La cafeína de fuentes como el té verde pueden ser útiles para la memoria.
- Beber abundante agua ayuda a las células cerebrales a utilizar mejor los nutrientes.
Acudir a un especialista en caso de padecer un deterioro cognitivo es fundamental. El neurólogo pondrá su experiencia al servicio de cada paciente para encontrar el mejor método para trabajar su memoria mediante la estimulación cognitiva.