La Esclerodermia, también conocida como esclerosis sistémica, es un grupo de enfermedades raras que implican endurecimiento y tirantez de la piel. También puede causar problemas en los vasos sanguíneos, los órganos internos y el sistema digestivo.
Es el resultado de una sobreproducción y acumulación de colágeno en los tejidos corporales. El colágeno es un tipo de proteína fibrosa que forma los tejidos conectivos del cuerpo, incluida la piel.
Existen dos tipos principales de Esclerodermia:
- La esclerodermia localizada afecta únicamente la piel.
- La esclerodermia sistémica afecta los vasos sanguíneos y los órganos internos, así como la piel.
¿Cuáles son los síntomas?
Casi todas las personas que tienen esclerodermia presentan endurecimiento y tirantez de la piel. A menudo, las primeras partes del cuerpo que se ven afectadas son los dedos, las manos, los pies y la cara.
Los síntomas tempranos pueden incluir hinchazón y picazón. La piel afectada puede tornarse de un color más claro u oscuro, puede parecer brillante a causa de la rigidez.
Algunas personas también presentan manchas rojas pequeñas, llamadas telangiectasia, en las manos y la cara.
Además, se pueden formar depósitos de calcio debajo de la piel, especialmente en las puntas de los dedos, lo que genera bultos que pueden verse en las radiografías.
También son frecuentes en pacientes con esclerodermia los siguientes síntomas:
- Hipertensión a causa de problemas renales.
- La acidez estomacal y otros problemas del aparato digestivo como dificultad para tragar alimentos, distensión abdominal y constipación, o problemas para absorber los alimentos, lo que provoca una pérdida de peso.
- Dificultad para respirar.
- Dolor en las articulaciones.
Factores de riesgo
Cualquier persona puede contraer esclerodermia, pero es mucho más frecuente en las mujeres que en los hombres.
Hay varios factores combinados que parecen influir en el riesgo de desarrollar esta enfermedad:
- La genética. Las personas que tienen ciertas variaciones genéticas parecen ser más propensas a desarrollar esclerodermia. Esto puede explicar la razón por la cual un pequeño número de casos de esclerodermia parecen ser hereditarios y por qué algunos tipos de esclerodermia son más comunes en ciertos grupos étnicos.
- Desencadenantes ambientales. Las investigaciones sugieren que, en algunas personas, los síntomas de esclerodermia pueden desencadenarse por la exposición a ciertos virus, medicamentos o drogas ilícitas. La exposición repetida a ciertas sustancias o productos químicos dañinos también puede aumentar el riesgo de padecer esclerodermia.
- Problemas del sistema inmunológico. Se cree que la esclerodermia es una enfermedad autoinmune. Esto significa que se produce en parte porque el sistema inmune del cuerpo comienza a atacar los tejidos conectivos. Las personas que tienen esclerodermia también pueden tener síntomas de otra enfermedad autoinmune, como artritis reumatoide, lupus o síndrome de Sjogren.
Tratamiento
No existe ningún tratamiento que pueda curar o detener la sobreproducción de colágeno característica de la esclerodermia. Pero una variedad de tratamientos puede ayudar a controlar los síntomas, retrasar el avance, mejorar la calidad de vida del paciente y evitar complicaciones.
Los pacientes deben consultar a un reumatólogo ante cualquier síntoma asociado a esta enfermedad. Una evaluación clínica cuidadosa es el principal método para detectar la esclerodermia.