Cada 14 de noviembre, se conmemora el Día Mundial de la Diabetes, buscando una oportunidad para crear conciencia sobre el impacto de la diabetes en la salud de las personas. La semana de la prevención de la diabetes impulsa destacar las oportunidades que existen para fortalecer la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de la diabetes.
¿Qué es?
La diabetes es una enfermedad metabólica crónica caracterizada por niveles elevados de glucosa en sangre (o azúcar en sangre), que con el tiempo conduce a daños graves en el corazón, los vasos sanguíneos, los ojos, los riñones y los nervios.
La más común es la diabetes tipo 2, generalmente padecida por adultos, que ocurre cuando el cuerpo se vuelve resistente a la insulina o no produce suficiente insulina. En las últimas tres décadas, la prevalencia de la diabetes tipo 2 ha aumentado drásticamente en países de todos los niveles de ingresos.
La diabetes tipo 1, también conocida como diabetes juvenil o diabetes insulino-dependiente, es una afección crónica en la que el páncreas produce poca o ninguna insulina por sí mismo.
También existe la diabetes gestacional, que ocurre durante el embarazo. Es una hiperglucemia con valores de glucosa en sangre por encima de lo normal pero por debajo de los diagnósticos de diabetes. Las mujeres con diabetes gestacional tienen un mayor riesgo de complicaciones durante el embarazo y el parto. Posiblemente, sus hijos también corren un mayor riesgo de padecer diabetes tipo 2 en el futuro. La diabetes gestacional se diagnostica mediante pruebas de detección prenatales, tomando muestras de sangre de la mujer embarazada.
Cifras en el mundo
Aproximadamente, 422 millones de personas en todo el mundo tienen diabetes y 1.5 millones de muertes en todo el mundo se atribuyen directamente a la diabetes cada año. Tanto el número de casos como la prevalencia de diabetes han aumentado constantemente durante las últimas décadas.
Impacto en la salud
Con el tiempo, la diabetes puede dañar el corazón, los vasos sanguíneos, los ojos, los riñones y los nervios. Entre las principales complicaciones, se destacan:
- Los adultos con diabetes tienen un riesgo dos o tres veces mayor de sufrir ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
- Combinado con un flujo sanguíneo reducido, la neuropatía (daño a los nervios) en los pies aumenta la posibilidad de úlceras en el pie, infección y eventual necesidad de amputación de una extremidad.
- La retinopatía diabética es una causa importante de ceguera y se produce como resultado del daño acumulado a largo plazo en los pequeños vasos sanguíneos de la retina. Cerca de 1 millón de personas son ciegas debido a la diabetes.
- La diabetes es una de las principales causas de insuficiencia renal.
Diagnóstico y tratamiento
El diagnóstico temprano se puede lograr mediante simples pruebas de azúcar en sangre.
Las personas con diabetes tipo 1 requieren insulina, las personas con diabetes tipo 2 pueden tratarse con medicación oral, pero también pueden requerir insulina.
El tratamiento de la diabetes implica dieta y actividad física junto con la disminución de la glucosa en sangre y los niveles de otros factores de riesgo conocidos que dañan los vasos sanguíneos. Dejar de consumir tabaco también es importante para evitar complicaciones.
Además, el tratamiento clínico incluye:
- control periódico de la glucosa en sangre, especialmente en la diabetes tipo 1.
- control periódico de la presión arterial
- cuidado de los pies: autocuidado del paciente manteniendo la higiene de los pies; uso de calzado adecuado; búsqueda de atención profesional para el manejo de úlceras; y examen periódico de los pies por parte de los profesionales de la salud.
- detección y tratamiento de la retinopatía (que causa ceguera)
- control de lípidos en sangre (para regular los niveles de colesterol)
- detección de signos tempranos de enfermedad renal relacionada con la diabetes y tratamiento.
Medidas de prevención
Se ha demostrado que medidas sencillas y cambios de hábitos en el estilo de vida son eficaces para prevenir o retrasar la aparición de la diabetes tipo 2. Para ayudar a prevenir la diabetes tipo 2 y sus complicaciones, las personas deben:
- Mantener un peso corporal saludable;
- Ser físicamente activos: realizar al menos 30 minutos de actividad regular de intensidad moderada la mayoría de los días. Se requiere más actividad para controlar el peso en casos de sobrepeso u obesidad.
- Seguir una dieta saludable, evitando el azúcar y las grasas saturadas;
- Evitar el consumo de tabaco: fumar aumenta el riesgo de diabetes y padecer enfermedades cardiovasculares.
Fuente: https://www.paho.org/es