Los ruidos son parte de nuestro entorno, pero cuando su intensidad es excesiva o prolongada, pueden llegar a afectar nuestra salud auditiva. Explicamos cómo detectar y prevenir los daños que puede causar la contaminación sonora.
Por lo general, las personas solemos pasar por alto el hecho de que la contaminación sonora puede afectar nuestra calidad de vida, dado que los ruidos constantes son parte de nuestro entorno y una característica propia de las grandes ciudades.
El ruido suele tener un componente subjetivo. Para determinar el grado de molestia que genera en una persona influyen las características del sonido y la sensibilidad individual. También deben considerarse la intensidad sonora y el tiempo de exposición que tiene la persona a dicho ruido.
Cuando los sonidos superan los 100 decibeles se consideran de alta intensidad. La exposición aguda o crónica a este tipo de ruidos determina una contaminación sonora que puede generar daños permanentes en la audición.
Señales de alerta
Seguramente, en más de una oportunidad, notamos la presencia de zumbidos o silbidos que se escuchan en uno o en ambos oídos. Esto se conoce como acúfenos y es la señal más frecuente de alerta ante la pérdida de la sensibilidad auditiva. Otros síntomas son:
- Irritabilidad a los sonidos intensos
- Dolor de oídos
- Síndrome vertiginoso.
Grupos de riesgo
Suelen ser afectados por este tipo de padecimientos los pacientes con antecedentes familiares de hipoacusia, pacientes que presentan diabetes o enfermedades metabólicas crónicas, personas con antecedentes de enfermedades neurodegenerativas o con antecedentes enfermedades otológicas desde la infancia.
Otros grupos de riesgo son las personas que trabajan en ambientes ruidosos: industrias, ferroviarios, metalúrgicos, construcción, o quienes trabajan en lugares donde se realizan espectáculos musicales. Los trabajadores que se encuentran en ambientes muy ruidosos deben tomar todas las medidas de protección para evitar el daño auditivo, como el uso de auriculares especiales.
También, y no en menor medida,suelen sufrir estas afecciones las personas que utilizan dispositivos con auriculares en un volumen muy elevado.
Los niños pequeños y los ancianos son grupos tradicionalmente susceptibles de padecer afecciones ante la exposición a la contaminación sonora.
¿Cómo nos afecta la contaminación sonora?
Las afecciones más comunes causadas por la contaminación sonora son:
- Pérdida auditiva: es la afección más grave, ya que puede ir desde un daño auditivo leve hasta la pérdida irreversible de la audición.
- Acúfenos: Sensación de zumbido en los oídos.
- Enfermedades cardiovasculares: la presión arterial aumenta como consecuencia de una exposición a niveles de ruido intensos, pudiendo ocasionar enfermedades cardiovasculares.
- Estrés: La exposición prolongada al ruido puede afectar el sistema fisiológico.
- Depresión: Los síntomas depresivos pueden aparecer en personas expuestas a niveles de ruido altos, durante la noche o por más de 24 horas.
- Trastornos o enfermedades del sueño: insomnio, dificultades para dormir, despertarse frecuentemente durante la noche son afecciones muy relacionadas a la contaminación sonora.
- Problemas de comunicación: escuchar menos puede generar aislamiento y conflictos interpersonales.
- Bajo rendimiento laboral: Cuando las tareas se realizan en ambientes ruidosos, la concentración y la efectividad en el trabajo disminuyen.
Cuando la exposición a la contaminación sonora se vuelve crónica, se produce una disminución progresiva de la audición. Ante la presencia de alguno o varios de esos síntomas, deben tomarse medidas para evitar daños en nuestra salud auditiva, que en algunas ocasiones pueden resultar irreversibles. Si ud. presenta alguno de estos síntomas consulte a su médico.