Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el repunte de enfermedades que se creían erradicadas, como el caso del sarampión, podría deberse a la no vacunación. Analizamos los riesgos de no cumplir con el calendario de vacunación.
El sarampión, las paperas, la varicela o la rubeola son enfermedades que están resurgiendo en nuestro país, a pesar de que se creían casi erradicadas. Según los especialistas en epidemiologia y la propia Organización Mundial de la Salud (OMS), el repunte de estas enfermedades puede deberse al rechazo a la vacunación por una parte de la población.
La vacunación es el método más eficaz para prevenir enfermedades infecciosas que pueden ser graves para nuestra salud. La prevención primaria de enfermedades a través de las vacunas es una estrategia de salud pública en Argentina, que prioriza tanto el beneficio individual como el impacto social.
La ley 22.909 establece que las vacunas son gratuitas y obligatorias para todas las personas.
- Son gratuitas porque es responsabilidad del Estado asegurar su acceso en todo el país.
- Son obligatorias porque, además de protegernos individualmente, si todos nos vacunamos se interrumpe la circulación de virus y bacterias. Vacunarnos es nuestro derecho, pero también nuestra responsabilidad y obligación.
El Calendario Nacional de Vacunación reúne todas las vacunas que debe aplicarse una persona a lo largo de su vida. El certificado de vacunas o carnet de vacunación es el documento que registra todas las vacunas que recibió una persona, lo que permite saber cuáles ya fueron aplicadas y cuáles faltan. Es muy importante cuidarlo, llevarlo al vacunatorio y conservarlo.
Las vacunas se aplican, de manera gratuita, en los centros de salud y hospitales de todo el país. No hay que llevar una orden de ningún profesional de la salud, sólo el documento de identidad y el certificado de vacunas.
Las únicas personas que tienen que vacunarse con orden médica son aquellas que presentan factores de riesgo:
- Personas con cáncer de órgano sólido, trasplante de células hematopoyéticas, trasplante de órganos sólidos.
- Personas con inmunodeficiencias congénitas.
- Personas que viven con VIH.
- Personas con anemia drepanocítica, talasemia mayor trombocitopenia idiopática, linfoma, mieloma, leucemia mieloide crónica, enfermedades por depósito, etc.
- Recién nacidos prematuros.
- Personas con enfermedades crónicas o tratamientos que produzcan una baja en las defensas: nefropatías, insuficiencia renal crónica, enfermedad pulmonar crónica, cardiopatías, hepatopatías, cirrosis, diabetes, implante coclear, pacientes bajo tratamiento inmunosupresor o corticoideo.
Los expertos alertan sobre los riesgos que implica para la salud pública el no cumplir con el calendario de vacunación, especialmente para los menores de dos años.
La no vacunación puede generar importantes problemas y secuelas en los niños que sufran infecciones por virus o bacterias. A su vez, estos niños que no están debidamente vacunados ponen en riesgo la salud de otros, al verse reducidos los niveles de inmunidad del entorno.
Es importante hacer hincapié en la responsabilidad de los padres de seguir las instrucciones de vacunación los pediatras y de las instituciones sanitarias, con el objetivo de garantizar el mejor estado de salud para todos los niños.
La no vacunación puede acarrear un grave atentado contra la salud pública. Es nuestra responsabilidad y obligación que nos apliquemos las vacunas que nos corresponden durante cada etapa de la vida, para evitar sufrir enfermedades que puedan contagiar a otras personas.