Los cambios en los hábitos de sueño durante el Aislamiento Preventivo Obligatorio podrían estar impidiendo un descanso reparador. Qué herramientas podemos aplicar tanto para contrarrestarlo como para prevenirlo.
Descansar bien es esencial para mantener una buena salud física y mental. Desde que entramos en Aislamiento Preventivo Obligatorio realizamos menos actividad física, cambiaron muchas de nuestras rutinas diarias y tenemos menos exposición a la luz natural.
Todos estos cambios podrían afectar singularmente nuestro “reloj interno” y alterar nuestros ritmos normales de sueño, impidiendo un descanso reparador y haciéndonos sentir más cansancio durante el día.
Síntomas de la alteración del sueño
Ante situaciones de mayor ansiedad, estrés o angustia, algunas personas reaccionan durmiendo más como un modo de apartarse de la realidad mientras que otras, por el contrario, tienen dificultades para dormir. Los síntomas más frecuentes son:
- Me cuesta quedarme dormido/a.
- Estoy durmiendo menos horas de las que duermo habitualmente.
- Me despierto por la noche.
- Siento que empeoró la calidad del sueño.
Para contrarrestar y prevenir los trastornos del sueño existen algunas herramientas que podemos aplicar:
- Intentá sostener un ritmo habitual de sueño-vigilia: despertate y acostate todos los días a la misma hora.
- Limitá el tiempo que pasás en la cama en horas en las que no necesitás dormir; evitá siestas largas durante el día.
- Comé a horarios regulares, evitando sobreingestas cerca de la hora de acostarte.
- Hacé ejercicio físico al menos 1 hora al día, no muy cerca de la hora de dormir.
- No es recomendable tomar café, té, mate o bebidas cola después de las 5 de la tarde ya que contienen cafeína, un estímulo que nos mantiene alertas y despiertos.
- Los alimentos ricos en triptófano como los lácteos, especialmente la leche y el queso, las claras de huevo o el pescado, entre otros, son favorecedores del sueño. También en este grupo se encuentran las infusiones de diversas hierbas.
- Sumá alguna actividad que sientas que te puede dar calma al final del día. Puede ser un baño de inmersión, yoga, lectura, escuchar música, estar con tu mascota, escribir o cualquier otra actividad que te conecte con el relax.
- Mantené buenas condiciones ambientales para dormir.
- Regulá el flujo de información acerca del coronavirus y otras noticias que pueden generarte angustia o estrés.
- Si es posible, antes de acostarte dejá el celular apagado en otro ambiente de la casa que no sea el dormitorio.
- “Esta noche voy a dormir bien” es una afirmación que podés recordarte mental o verbalmente durante el día. Cuanto más desconfíes de poder dormir, mayor es el riesgo de no conciliar el sueño.
Si estás teniendo dificultades para dormir y, a pesar de haber implementado hábitos saludables, notás que están siento afectados tu humor o tu rendimiento, no dudes en consultar a un profesional.