Las dietas poco saludables son una de las principales causas de muerte en todo el mundo debido a enfermedades no transmisibles (ENT). Consejos para lograr una alimentación balanceada y sana.
Desde 1979, cada 16 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Alimentación. Esta celebración es promovida por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), con el objetivo de disminuir el hambre en el mundo, propósito que también busca la Agenda 2030 con su meta de hambre cero.
La alimentación es la esencia de la vida. Sin embargo, más de 2 000 millones de personas no tienen acceso regular a alimentos inocuos, nutritivos y suficientes y la demanda de alimentos aumentará dado que se espera que la población mundial alcance casi 10 000 millones en 2050.
Según datos actualizados de la FAO, casi 690 millones de personas padecen hambre, 10 millones más que en 2019. La pandemia de COVID-19 podría añadir entre 83 y 132 millones de personas a esta cifra, dependiendo de la perspectiva de crecimiento económico de cada país.
¿Cómo lograr una alimentación saludable?
Los alimentos proporcionan los nutrientes fundamentales para estar sanos y desarrollarnos plenamente. Una alimentación excesiva o desbalanceada puede ocasionar distintos problemas y trastornos, que pueden prevenirse teniendo en cuenta los aportes de cada tipo de alimento y las cantidades recomendadas. Además, una alimentación saludable es fundamental para que niños y niñas puedan desarrollar todo su potencial de crecimiento y aprendizaje.
La alimentación debe ser completa y variada: incluir todos los grupos de alimentos y diversidad dentro de cada grupo.
Es importante que niños y niñas consuman diariamente:
- Al menos dos frutas y dos porciones de verduras (una de ellas cruda).
- Una porción de cualquier tipo de carne (vaca, cerdo, pollo, pescado), retirando la grasa visible.
- De 2 a 3 tazas de leche, preferentemente fortificada con hierro.
¿Cuáles son y qué aporta cada grupo de alimentos?
• Cereales (granos, harinas y panificados) y legumbres. Aportan hidratos de carbono, que son una importante fuente de energía.
• Frutas y verduras son ricas en vitaminas, minerales y fibra.
• Leches y sus derivados (quesos, yogurt) aportan calcio.
• Carnes y huevo brindan hierro y proteínas.
• Grasas y aceites aportan energía, ácidos grasos esenciales y algunas vitaminas.
• Azúcar y dulces dan energía pero no aportan sustancias nutritivas.
Lo primero es apostar por las comidas hechas en casa y ayudar a los productores locales a seguir generando vegetales, frutas y verduras, realmente ricas en vitaminas y minerales.
También se debe ampliar la gama de frutas y vegetales que conocemos, para ir descubriendo otras plantas que también aportan nutrientes al organismo. Por último, es imprescindible disminuir el uso de aceite y sal en la cocina, además de tener una rutina de ejercicios diarios.
Algunas sugerencias:
- Tomar un desayuno completo que incluya lácteos, cereales y frutas.
- Beber abundante agua (evitar jugos y gaseosas artificiales).
- Limitar el consumo de alimentos con alto contenido de grasas, sal y azúcar (como papas fritas, chizitos, palitos, fiambres, hamburguesas, salchichas y golosinas).
- Lavarse bien las manos antes y después de preparar alimentos y antes de comer.
¡Una dieta saludable contribuye a una vida sana!