Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el repunte de enfermedades que se creían erradicadas, como el caso del sarampión, podría deberse a la no vacunación. Analizamos los riesgos de no cumplir con el calendario de vacunación.
La declaración de pandemia por Covid 19 y las medidas de contención masivas dictadas por el Poder Ejecutivo instalaron un fenómeno desconocido hasta ahora para los servicios de Salud, la marcada disminución de consultas, estudios diagnósticos e intervenciones terapéuticas para las enfermedades no transmisibles que ocasionan cada año el mayor número de muertes en el país: cardiovasculares, encefalovasculares y cáncer.
Es primordial alertar sobre el riesgo de complicaciones y muertes en exceso por la falta de diagnóstico y tratamiento oportuno de las enfermedades que mayormente afectan a la población.
La importancia de los cuidados regulares y preventivos de la salud quedó señalada por Decisión del Gabinete de Ministros 524/20, que exceptuó de los aislamientos obligatorios las necesidades de atención médica con turno, incluyendo las preventivas.
No debemos olvidar que las causas mayores de mortalidad existían antes de la epidemia y seguirán existiendo durante la misma y cuando haya terminado. La recomendación médica es dar debida atención a las patologías.
Debemos evitar que aumenten las complicaciones y muertes por condiciones de salud agudas y crónicas, evitar que se reciban diagnósticos y tratamientos tardíos o incompletos por temor al contagio por coronavirus.
El riesgo cardiovascular
Cada año mueren en nuestro país casi 100.000 personas por enfermedades cardio y encefalovasculares. Si no se recupera la actividad de detección y tratamiento precoz, según una reciente publicación del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires, estaríamos en riesgo de tener entre 6000 y 9000 muertes más de lo habitual por esta causa en 2020.
Durante los últimos 30 años la amplia investigación, nuevos tratamientos y mejor información y hábitos de la población han llevado a un sostenido descenso en la mortalidad cardiovascular. Cerca de la mitad de todo ese efecto positivo es atribuible al abordaje precoz de los problemas cardio y encefalovasculares a través de la implementación de medicamentos, cateterismos diagnósticos, angioplastias, cirugías de by pass y otros procedimientos.
La caída de un 60% en la cantidad de angioplastias coronarias y cirugías de by pass desde que comenzó la pandemia de coronavirus es alarmante, ya que toca de manera directa la principal enfermedad en el mundo occidental. De igual manera, que haya un 62% menos de internaciones por cuadros coronarios agudos abre la preocupante presunción que los pacientes, por miedo al coronavirus, estén cursando cuadros de infartos y anginas de pecho inestables en la casa, exponiéndose a secuelas y riesgo de muerte.
La falta de control y ajuste terapéutico para la hipertensión arterial, la diabetes, y el control rápido de los dolores de pecho de origen cardíaco son consecuencias colaterales de la pandemia, alejando a los pacientes de los consultorios y los centros de salud.
La mayor parte de tales intervenciones ocurren en el mundo ambulatorio, en entornos seguros y lejos de los pacientes graves internados en terapias intensivas.
No sabemos cuántas personas podrán enfermarse o morir por Covid 19, pero tenemos la certeza que dar la espalda al tratamiento precoz y regular de las enfermedades cardiovasculares sólo puede conducir a un aumento de la cifra anual de muertes.
Demorar la detección del cáncer empeora el pronóstico
Cada año se diagnostican en el país 13.000 casos de cáncer de colon. La combinación de pruebas de laboratorio con la colonoscopía permite diagnóstico temprano y acceso a tratamiento precoz, a menudo en el mismo estudio. La caída en la cantidad de estudios realizados ha sido hasta ahora de un 80%, de prolongarse será inevitable que veamos mayor número de diagnósticos tardíos y peor pronóstico.
Las prácticas son casi siempre ambulatorias, se realizan en salas especializadas o quirófanos con todas las medidas de barrera y protección personal propias de una sala de operaciones.
Asimismo, hemos observado un descenso de 16% en los tratamientos de quimioterapia, que señala el riesgo de atrasos en el tratamiento oportuno del cáncer.
Las enfermedades mentales también son frecuentes y requieren a menudo tratamientos combinados y prolongados. Una parte de las consultas es sustituible por los contactos remotos, pero como cualquier otra condición de la salud, las descompensaciones agudas y los cuadros mayores requieren abordajes combinados en forma presencial e impostergable.
Las poblaciones de riesgo para Coronavirus también deben controlar su salud
Las personas de mayor riesgo de enfermedad grave de COVID 19 son también las de alta exposición al ataque cardíaco, cerebral y cáncer: mayores de 60 años, diabéticos, hipertensos, dislipémicos, obesos, tabaquistas y sedentarios.
Salir de casa para recibir acciones de prevención, diagnóstico e intervenciones que reduzcan el riesgo no sólo está permitido por las excepciones gubernamentales, también es de una lógica de salud pública. El pronóstico de las enfermedades cardio y encefalovasculares, respiratorias y el cáncer es mucho peor si no hay diagnóstico e intervención precoz.
Los Centros de Salud se han adaptado para brindar seguridad.
Es necesario y es seguro concurrir a un hospital o sanatorio ante una urgencia.
Todos los centros de salud tomaron medidas de separación física y de control de infecciones para diferenciar casos sospechosos de coronavirus de la población general de pacientes.
- Se han generado áreas diferenciadas para la atención de pacientes febriles.
- En las áreas ambulatorias se han adoptado los protocolos de descontaminación y protección personal para el equipo de Salud recomendados por el Ministerio de Salud.
- La menor concurrencia y la separación en las salas de espera, sumados al uso mandatorio de máscaras para nariz y boca de los pacientes reducen aún más el riesgo de contagio de Covid 19.
Tanto adultos como niños deben ser atendidos con prontitud. La postergación o descuido en el tratamiento puede tener consecuencias muy negativas en un amplio espectro de condiciones.
Las precauciones y distanciamiento social para disminuir el riesgo de contagio por coronavirus pueden y deben convivir con una asistencia médica a tiempo del resto de las patologías preexistentes o de casos de urgencias.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el repunte de enfermedades que se creían erradicadas, como el caso del sarampión, podría deberse a la no vacunación. Analizamos los riesgos de no cumplir con el calendario de vacunación.
El sarampión, las paperas, la varicela o la rubeola son enfermedades que están resurgiendo en nuestro país, a pesar de que se creían casi erradicadas. Según los especialistas en epidemiologia y la propia Organización Mundial de la Salud (OMS), el repunte de estas enfermedades puede deberse al rechazo a la vacunación por una parte de la población.
La vacunación es el método más eficaz para prevenir enfermedades infecciosas que pueden ser graves para nuestra salud. La prevención primaria de enfermedades a través de las vacunas es una estrategia de salud pública en Argentina, que prioriza tanto el beneficio individual como el impacto social.
La ley 22.909 establece que las vacunas son gratuitas y obligatorias para todas las personas.
- Son gratuitas porque es responsabilidad del Estado asegurar su acceso en todo el país.
- Son obligatorias porque, además de protegernos individualmente, si todos nos vacunamos se interrumpe la circulación de virus y bacterias. Vacunarnos es nuestro derecho, pero también nuestra responsabilidad y obligación.
El Calendario Nacional de Vacunación reúne todas las vacunas que debe aplicarse una persona a lo largo de su vida. El certificado de vacunas o carnet de vacunación es el documento que registra todas las vacunas que recibió una persona, lo que permite saber cuáles ya fueron aplicadas y cuáles faltan. Es muy importante cuidarlo, llevarlo al vacunatorio y conservarlo.
Las vacunas se aplican, de manera gratuita, en los centros de salud y hospitales de todo el país. No hay que llevar una orden de ningún profesional de la salud, sólo el documento de identidad y el certificado de vacunas.
Las únicas personas que tienen que vacunarse con orden médica son aquellas que presentan factores de riesgo:
- Personas con cáncer de órgano sólido, trasplante de células hematopoyéticas, trasplante de órganos sólidos.
- Personas con inmunodeficiencias congénitas.
- Personas que viven con VIH.
- Personas con anemia drepanocítica, talasemia mayor trombocitopenia idiopática, linfoma, mieloma, leucemia mieloide crónica, enfermedades por depósito, etc.
- Recién nacidos prematuros.
- Personas con enfermedades crónicas o tratamientos que produzcan una baja en las defensas: nefropatías, insuficiencia renal crónica, enfermedad pulmonar crónica, cardiopatías, hepatopatías, cirrosis, diabetes, implante coclear, pacientes bajo tratamiento inmunosupresor o corticoideo.
Los expertos alertan sobre los riesgos que implica para la salud pública el no cumplir con el calendario de vacunación, especialmente para los menores de dos años.
La no vacunación puede generar importantes problemas y secuelas en los niños que sufran infecciones por virus o bacterias. A su vez, estos niños que no están debidamente vacunados ponen en riesgo la salud de otros, al verse reducidos los niveles de inmunidad del entorno.
Es importante hacer hincapié en la responsabilidad de los padres de seguir las instrucciones de vacunación los pediatras y de las instituciones sanitarias, con el objetivo de garantizar el mejor estado de salud para todos los niños.
La no vacunación puede acarrear un grave atentado contra la salud pública. Es nuestra responsabilidad y obligación que nos apliquemos las vacunas que nos corresponden durante cada etapa de la vida, para evitar sufrir enfermedades que puedan contagiar a otras personas.